España, Portugal, Italia, Grecia, Marruecos, Francia… Países unidos por las cálidas aguas del Mar Mediterráneo. Unos vínculos que muchas veces van más allá de su geografía, como es el caso de su gastronomía: la cocina mediterránea.
En 2013, la UNESCO la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por sus beneficios nutricionales. Y es que son muchos estudios los que avalan que seguir una dieta mediterránea mejora el estado de salud de las personas.
En el Restaurante My Way encontrarás las mejores recetas de la gastronomía mediterránea, en pleno centro de Barcelona. ¡Pruébalas!
Orígenes de la cocina mediterránea
Hablar de los orígenes de la cocina mediterránea es casi como hablar de la historia de los alimentos que consumimos habitualmente.
Las bases se establecieron en la Antigua Grecia con el consumo del ingrediente emblema de la cocina mediterránea: el aceite de oliva, junto a otros alimentos como los cereales, vinos, pescados y carnes.
A partir de aquí, cada civilización que le sucedió fue aumentando su lista de ingredientes.
Por ejemplo, los romanos introdujeron una gran variedad de frutas, entre las que se encuentran los melocotones, los limones, uvas, manzanas, peras, etc. También hortalizas como la cebolla, puerros, espárragos, alcachofas, zanahorias, etc.
Los musulmanes nos llevaron otro cítrico, la naranja, a través de la Península Ibérica, y el café.
En la Edad Media se empezó a consumir pasta y arroz, y después de la llegada a las Américas se incorporaron otros alimentos como las patatas y el cacao.
Ingredientes básicos mediterráneos
Para saber reconocer un plato de esta cocina nos tenemos que fijar en los ingredientes. Una receta mediterránea tiene que contener alguno de estos alimentos en su base:
Aceite de oliva
Cereales
Verduras y hortalizas
Beneficios nutricionales de la dieta mediterránea
Se ha hablado en muchas ocasiones de los muchos beneficios nutricionales de la dieta mediterránea. Pero, ¿a qué se debe?
Los platos mediterráneos contienen grasas de origen vegetal que son fundamentales para mantener una dieta equilibrada y saludable. Estas grasas «buenas» se encuentran en alimentos como el aceite de oliva, los pescados y los frutos secos, y son esenciales para la salud cardiovascular y mejorar la función cognitiva.
Asimismo, los hidratos de carbono de los cereales son la clave para prevenir la diabetes, ya que regula el nivel de glucosa en sangre.
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