¿Ganas de disfrutar de un plato sin igual? Las tapas que encontrarás en la carta del restaurante My Way son una excelente selección de platillos para comenzar una noche joven con sabores inolvidables.
El queso manchego es una de las tapas más deliciosas que podrás encontrar en nuestro restaurante lounge y uno de los platos más recomendados para acompañar otras tapas de la carta, como las patatas bravas, los calamares a la andaluza, las virutas de foie…
En el artículo de hoy descubrirás algunas de las curiosidades sobre los quesos manchegos y aprenderás las diferentes variedades que existen.
Orígenes del queso manchego
El queso manchego es un tipo de queso elaborado a partir de leche de oveja manchega, procedente de la Mancha y uno de los más reconocidos por su sabor en las obras clásicas españolas como Don Quijote. Sin embargo, su historia se remonta mucho más allá que la edad media.
Según diversas investigaciones y reportajes, los verdaderos orígenes del queso manchego se datan en torno a la edad de bronce.
Diversos utensilios, vasijas y queseras encontradas en yacimientos primitivos demuestran que nuestros ancestros ya elaboraban este tipo de queso siguiendo unas técnicas de elaboración artesanales transmitidas siglo tras siglo por los ganaderos de la mancha.
Diversas civilizaciones como los griegos o los romanos apreciaban el queso manchego por su sabor, versatilidad y fácil conservación.
Parte de esas técnicas se basaban en la conservación de la pureza y la cría de las ovejas manchegas que a día de hoy se siguen modernizando y gozan de fama internacional, además de reconocimiento de denominación de origen protegida.
¿Qué son los quesos curados?
La curación es un proceso secadero en que los quesos se someten a una técnica similar a la deshidratación que altera el proceso de maduración-fermentación de las grasas y las proteínas del alimento. Cuando la curación se alarga por periodos de tiempo superiores a los 3-7 meses.
En este sentido, los quesos curados tienen un sabor más potenciado debido a la salación del producto, asimismo se diferencia de los otros tipos de quesos por el tiempo de curación, el cual es más largo que los quesos frescos, los quesos semicurados y lo quesos tiernos.
Una expresión popular castellana
La expresión “dársela a uno con queso” hace referencia a darle a alguien un producto de menor calidad de lo que esa persona espera, sin que se dé cuenta de ello. Esta expresión está muy vinculada históricamente con el queso manchego.
Durante la edad media era muy frecuente que los posaderos acudieran a casa de sus proveedores para probar el vino. En ciertas localidades como la mancha, los posaderos eran invitados a un pequeño convite de queso antes de probar el vino que posteriormente venderían a sus clientes.
En este caso, algunos de los proveedores utilizaban el queso manchego para esconder la mala calidad del vino, ya que su fuerte sabor camuflaba perfectamente las deficiencias de la bebida y engañaba al posadero respecto a la calidad de éste.
Consejos para degustar el queso como un auténtico gourmet
Como ya explicábamos en nuestro artículo “5 denominaciones del origen de vino tinto” la mejor manera de maridar el queso es con el vino tinto. Su sabor, su textura y su frescor combina perfectamente con el gusto característico del queso manchego.
En definitiva, el queso manchego es una de las mejores opciones para disfrutar de una velada inolvidable en un ambiente clásico inspirado en la Nueva York de los años 40 con un toque decó de la artista Tamara de Lempicka.
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